jueves, 13 de enero de 2011

Mi hijo tartamudea ¿Será tartamudo cuando grande?

El tartamudeo no es preocupante cuando tu hijo tiene entre dos y tres años. Lo normal es que se pase con el tiempo y mucha paciencia. Ayudarle a hablar bien.
La inspiración y expiración relajadas facilitan el habla y evitan pequeños trastornos de la misma. No debe considerar como tartamudez el lento balbuceo, es normal hasta los 16 meses
 

Muchos padres empiezan a preocuparse demasiado pronto por la posible tartamudez de sus hijos, pero esta inquietud no tiene razón de ser hasta los tres o cuatro años es normal que el niño tartamudee o balbucee con lentitud las palabras.
Tu hijo tiene que seguir un proceso a través del que desarrolla su lenguaje poco a poco, por eso es fundamental que le hables desde pequeñito vocalizando cada silaba. Aunque pienses que él no te entiende, se acostumbrara a escucharte e ira madurando en la comprensión del lenguaje.
Con un año o año y medio, tu hijo ya unirá palabras y frases. Es en ese momento cuando empezara a tartamudear, pero no te preocupes, es totalmente normal (mas corriente en los niños que en las niñas) . El quiere expresar muchas mas cosas de lo que le permite su reducido vocabulario y por eso suele atascarse en algunas silabas. Es un defecto que desaparece espontáneamente.
Esta conducta, mal llamada tartamudez, puede persistir y reforzarse si pretendes corregirla exigiendo e insistiéndole demasiado. Conviene que sigas los consejos que te damos mas adelante para que la tartamudez no sea luego. un problema y llegue a transformarse en un verdadero defecto.
Cuando el niño ya adquiere el lenguaje, pueden aparecer otros tipos de tartamudez, como la interrupción brusca del habla por espasmos o las repeticiones persistentes de varias fonemas. Son defectos que exigen el tratamiento de un especialista  (psicoterapeuta, logopeda o pedagogo especializado en trastornos del lenguaje).
Los trastornos del lenguaje llegan a tener una gran influencia en el desarrollo psíquico y emocional del niño, por ello lo mejor que puedes hacer es olvidarte del asunto.
Debes tener presente que el es todavía muy pequeño y no se da cuenta de que repite silabas o palabras, todavía no controla conscientemente su lenguaje. Cuando le corrijas repetidamente e intentes que lo diga bien de una manera forzada, tu hijo se ira dando cuenta de que no esta hablando bien y se pondrá muy nervioso.
Tampoco conviene que le castigues, que le mimes en exceso o que su tartamudeo sea tornado a broma.
Si actúas de alguna de esas maneras, intentara controlar su forma de hablar y su tartamudeo aumentara. Es lo que los especialistas llaman conciencia de defecto, cuanto mas encima estés del problema, mas inseguro se volverá tu hijo al hablar.

¿Que puedes hacer?


Lo mejor es que tengas paciencia y no des importancia a su lenguaje vacilante. Teniendo esto siempre en cuenta, recuerda que:
— Es conveniente que le escuches siempre que requiera tu atención.
— No le interrumpas ni le apremies para que acabe de contarte sus cosas. Le contagiaras tu nerviosismo y le costara expresarse.
— Evita exigirle respuestas inmediatas, armarte de paciencia y déjale tiempo para pensar la contestación a tus preguntas.
— Háblale a menudo, vocalizando despacito, con buena pronunciación, con un lenguaje correcto y, preferiblemente, utilizando frases cortas. Aunque en los primeros meses no te entienda, poco a poco su capacidad de comprensión ira en aumento.
— Si se para al comienzo de una frase y no consigue empezarla, pronuncia la palabra al mismo tiempo que el. Se orientara y sentirá que le apoyas anímicamente.
— No corrijas su forma de hablar y, aunque tartamudee, no le obligues a repetir palabras o frases.
— Realiza con el ejercicios para estimular sus órganos de fonación: aprender a soplar, imitar el ruido de una moto, hacer la serpiente, jugar con la lengua dentro y fuera de la boca, etcétera.
— Los muñecos y marionetas son buenos compañeros para el, con ellos habla mientras juega en un clima distendido.
— Siéntate con el a leer un cuento y repite los nombres de animales, personas y cosas.
Aunque todos los niños son unos habladores en potencia, si se les priva de una estimulación lingüística y afectiva, tendrán problemas de lenguaje, como el tartamudeo.